Benoit Jallon y Umberto Napolitano, del estudio LAN, completaron a finales de 2013 el barrio de Euralille 1 en Lille con la torre Euravenir. Nueve equipos de arquitectos-promotores participaron en el concurso, entre ellos LAN, Beckmann N’Thépé, Saison-Menu y Antonini + Darmon; dos de ellos fueron seleccionados en septiembre de 2010: LAN con Projectim/Sogeprom y UAPS con Eiffage. Finalmente, fue el estudio parisino LAN quien concluyó la historia iniciada veinticinco años antes por Rem Koolhaas. Esta última parcela trapezoidal de 1.388 m² se sitúa en el extremo de la avenida Le Corbusier.

© Julien Lanoo
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La forma del edificio prolonga los ejes urbanos que buscan articular el barrio con su entorno. Situado en el límite del sector, el proyecto dialoga con dos escalas constructivas: por un lado, la entrada del cementerio del Este y, por otro, la estación Lille Europe con sus torres de oficinas. Para generar una transición, los arquitectos diseñan primero un zócalo que se separa ligeramente de los límites del solar, manteniendo sin embargo sus proporciones. Después superponen unos 2.600 m² de oficinas en ocho plantas hasta alcanzar los 34,60 m de altura. La verticalidad se acentúa mediante líneas de acero con un ritmo de un metro treinta y cinco, interrumpidas tres veces a la altura de las distintas cornisas.

La delgadez de la torre permite alinearse con las torres vecinas desde la avenida Le Corbusier y, al mismo tiempo, liberar el vacío necesario frente al cementerio. Para Euravenir, LAN contó con flexibilidad programática, lo que les permitió definir los usos a través de la forma. El núcleo de circulación se sitúa en el centro de la torre, lo que permite dividir cada planta en dos superficies equivalentes.

© LAN
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© LAN
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Mucho menos voluminosa que sus vecinas, la torre Euravenir logra imponerse gracias a su forma tallada, imposible de ignorar para los conductores que circulan por la vía rápida inferior. No es solo la forma lo que llama la atención, sino también la materialidad que la acompaña.

© Julien Lanoo
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El tratamiento de las fachadas refuerza el efecto facetado de la torre: vidrio y cobre comparten un mismo plano, enfatizando sus aristas. Las fachadas alternan entre superficies opacas, acristaladas, abiertas y perforadas. Su composición responde a una lógica de encuadres visuales y necesidades de luz natural y confort térmico.

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